Tortuga baula

Tortuga baula

La tortuga baula (Dermochelys coriacea) es la mayor de todas las tortugas marinas, y una de los más grandes reptiles de la tierra. El rango de tamaño de esta especie se mueve entre 1,2 y 2,4 metros y el de peso entre 225 y 900 kilogramos.

De igual forma, la baula es la más antigua de todas las especies de tortugas marinas, al llevar alrededor de más de 150 millones de años habitando en la Tierra. Sobrevivió a la extinción de los dinosaurios y prosperó hasta las últimas décadas, cuando las interacciones con los humanos la han hecho retroceder, producto de la caza irresponsable.

Sobre esta grandulona tortuga se habla en este artículo, en el que se podrá conocer de la distribución geográfica de la especie, así como de los principales factores que amenazan su supervivencia.

Información básica

Las tortugas baula, que se alimentan exclusivamente de invertebrados de cuerpo blando como las medusas y tunicados, pueden consumir diariamente alimentos que en conjunto hacen el doble de su propio peso corporal por día.

Tienen espinas curvadas hacia abajo, también conocidas como papilas, en su boca y la garganta, lo que les ayuda a capturar y tragar sus presas.

Hechos y curiosidades sobre la tortuga baula

A diferencia de todas las otras tortugas marinas, estos gigantes no poseen un caparazón cubierto de escamas duras, conocidos en el mundo de las tortugas como escudos. Más bien su piel es suave y correosa, y cubre una matriz flexible del hueso.

Este caparazón flexible constituye una adaptación evolutiva y especializada, que les permite sumergirse a grandes profundidades, a diferencia de otras especies.

Su distribución geográfica y la capacidad de tolerancia al agua fría se deben a adaptaciones de termorregulación, que les permiten mantener su temperatura corporal.

Las tortugas baula son consideradas como animales vulnerables en todo el mundo y en ese sentido integran la Lista Roja de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza y otros listados de especies En Peligro en los Estados Unidos.

Distribución de la tortuga baula

Hábitat y distribución

Las tortugas baula tienen la distribución geográfica más amplia de todas las especies de tortugas marinas. Se encuentran en todo el Pacífico, el Atlántico y el Índico. En el Pacífico, su rango se extiende hasta el norte de Alaska y al sur más allá del extremo austral de Nueva Zelanda.

En el Atlántico, se puede encontrar desde el norte de Noruega y el Círculo Polar Ártico hasta el sur de la punta de África.

Estos reptiles son principalmente pelágicos, lo que significa que vagan en mar abierto, aunque migran a las regiones costeras tropicales y subtropicales para aparearse y anidar.

Principales amenazas de la tortuga baula

Principales amenazas

La población del Pacífico de baulas ha disminuido en más del 90 por ciento en las últimas dos décadas, debido principalmente a la captura incidental en artes de pesca comercial, en particular los palangres y redes de enmalle.

Estas tortugas también son vulnerables a la persecución y cosecha de sus huevos y carne para el consumo humano en muchas partes del mundo.

Asimismo, estas antiguas criaturas también son vulnerables a la ingestión de desechos marinos que flotan, como los plásticos desechados. Las bolsas de plástico y globos se parecen a su presa favorita, las medusas, y cuando ingieren alguno de estos desperdicios por accidente, el tracto digestivo puede quedar bloqueado, lo que les impide comer.

Curiosidades de la tortuga baula

Curiosidades

La baula más grande, registrada en un expediente, fue hallada muerta en la costa de Gales (Reino Unido) en 1988. Pesaba más de dos mil libras 2.000 libras (909 kilogramos) y medía 9 pies de largo (poco más de 2,74 metros). Se estimó además que tenía aproximadamente 100 años de edad. La causa de muerte de este ejemplar al parecer fue ahogamiento por quedar atrapada en redes de pesca.

Esta tortuga puede bucear a profundidades cercanas a los mil 200 metros. Cachalotes, ballenas picudas y elefantes marinos son los únicos otros animales conocidos, capaces de bucear a esa profundidad.

Los investigadores rastrearon recientemente una hembra adulta de la especie, por más de 19 mil kilómetros. La técnica utilizada fue la telemetría satelital, que permitió así seguir al animal desde Indonesia hasta Oregón, en lo que fue una de las migraciones más largas registradas de cualquier animal vertebrado.

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