Tortuga gigante de las Galápagos

Tortuga gigante de las Galápagos

La tortuga gigante de las islas Galápagos, como debes imaginar por su nombre, luce un enorme tamaño, con algunos ejemplares que pueden alcanzar incluso hasta 152 centímetros de largo.

Con un promedio de vida de más de 100 años, estas tortugas gigantes pasan gran parte de sus vidas dormitando en el sol, actividad que realizan durante un máximo de 16 horas diarias. Otra parte considerable de sus vidas la pasan comiendo grandes cantidades de hierba, hojas y cactus.

Lamentablemente, a pesar de la belleza natural de contar con especies como esta en el planeta, la gigante de las Galápagos está en peligro de extinción. Para mantenerla en el planeta, la protección de la especie es esencial y con este artículo, además de que la conozcas, queremos hacerte partícipe de la necesidad de abogar por la conservación de esta y otras especies de tortuga, también en elevado riesgo de perecer.

La tortuga gigante de las Galápagos puede crecer hasta un tamaño que hace honor a su nombre común. En el primer encuentro de Charles Darwin con un ejemplar de esta especie, describió al animal como uno pesado, que pasaba "por lo menos 200 libras" (91 kilogramos).

Los machos de tortugas gigante de estas islas pueden alcanzar hasta 260 kilogramos de peso, aunque el promedio gira en torno a los 216. Las hembras son generalmente más pequeñas que los machos y alcanzan hasta 136 kilogramos.

Garras y mandíbulas de la tortuga gigante de las Galápagos

Garras y mandíbulas

La tortuga gigante de las Galápagos cuenta con cinco garras delanteras y cuatro en la parte posterior. Estas partes de su anatomía le ayudan a navegar a través de los frecuentes terrenos accidentados de su hábitat. Al caminar, las extremidades delanteras y garras generalmente parecen estar vueltas hacia adentro, una frente a la otra.

Como muestra de su dieta principalmente vegetariana, la mandíbula de esta tortuga gigante es desdentada.

Caparazón

Todas las tortugas están protegidas por la cubierta de sus conchas. Las tortugas gigantes tienen un caparazón fuerte, que puede mostrarse en forma de ronda, cúpula o más o menos como una silla de montar.

Los ejemplares con una concha en forma de cúpula tienden a ser más grandes que los que la poseen con forma de silla con respaldo.

Históricamente, estas tortugas han vivido en islas con una gran cantidad de precipitaciones, donde la vegetación es abundante, lo que también puede explicar su mayor tamaño.

Las tortugas de caparazón de silla con respaldo desarrollaron esa forma de concha debido a una adaptación biológica que les permitió ampliar más sus cuellos para llegar a hojas y frutos elevados. Estos ejemplares en específico además tienden a vivir en las islas menos pluviales.

Escamas de la tortuga gigante de las Galápagos

Escamas

Una mirada más cercana a una tortuga gigante de las Galápagos revelará un aspecto que en algo recuerda a los dinosaurios o cocodrilos.

Estas tortugas tienen escamas gruesas en todas sus extremidades, en el cuello y en su cabeza puntiaguda. El color de sus miembros varía de gris oscuro a negro y el espesor de la piel las ayuda a protegerse del sol.

Su duro caparazón es muy importante para la protección de sus endoesqueletos suaves.

Curiosidades

Las tortugas gigantes de las Galápagos son animales que pueden alcanzar 122 centímetros de largo y 216 kilogramos de peso. El caparazón alrededor de su cuerpo es de color marrón y cuando la tortuga se ve amenazada tortuga retira su cabeza y piernas dentro de la cáscara.

Esta tortuga tiene pies rechonchos, cubiertos con piel escamosa. Sus mandíbulas son fuertes, pero carentes de dientes.

Curiosidades sobre las tortugas gigantes de las Galápagos

Las tortugas gigantes de las Galápagos que viven en las zonas más secas tienen su concha en forma de silla, lo que les permite estirar sus cuellos a mayor altura, para agarrar la vegetación que crece sobre el suelo, como vides, hojas y frutos.

Los ejemplares que viven en climas más fríos tienen su concha en forma de cúpula y esta les impide el estiramiento de los cuellos. Por ello, se alimentan pastando hierba.

A diferencia de cualquier otro animal, la tortuga gigante de las Galápagos puede sobrevivir hasta un año sin comida ni agua.

Es una criatura de movimiento lento y por ello, aunque es capaza de recorrer largas distancias, lo hace a una velocidad de 0,18 millas por hora.

De igual forma, estas tortugas gigantes son animales de sangre fría, lo que significa que su temperatura corporal no es estable. Debido a eso, disfrutan tomando el sol por largas horas durante el día, a veces hasta 16.

Las islas Galápagos deben su nombre precisamente a estas tortugas. Cuando los primeros navegantes españoles llegaron a la isla, vieron un gran número de estos reptiles y dado que en castellano antiguo era frecuente llamar a las tortugas "Galapago", pues las islas empezaron a ser llamadas así: Islas Galápagos.

Fotos de tortugas gigantes de las Galápagos

Además de los seres humanos, sus peores enemigos, las tortugas gigantes de estas islas tienen como depredadores naturales a los halcones, que se alimentan de huevos y tortugas jóvenes. Otras especies introducidas en su hábitat, tales como cerdos, gatos, perros y ratas, disminuyen además el número de huevos en la naturaleza.

La temporada de apareamiento de la especie tiene lugar durante la estación de lluvias, de enero a marzo.

Las hembras recorren varios kilómetros para encontrar un terreno adecuado para la puesta de huevos. Ella pone entre dos y 16 huevos en el nido subterráneo, los que eclosionan tras un período de cuatro a ocho meses.

Las tortugas gigantes de las Galápagos no muestran un cuidado parental efectivo y las tortugas jóvenes están abandonadas a su suerte.

Debido al gran número de depredadores, sólo un pequeño número de crías sobrevive hasta la edad adulta. Los miembros de la especie alcanzan la madurez sexual a la edad de 20 o 25 años y pueden sobrevivir hasta más de un siglo en la naturaleza.

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