La tortuga laúd (Dermochelys coriacea) es ampliamente conocida y atrayente para las personas por su gran tamaño y anatomía distintiva. Esta especie debe su nombre a su caparazón único, compuesto por una capa de piel dura, fina y gomosa, y fortalecido por miles de placas óseas pequeñas que hacen que parezca “curtido”.
Otro rasgo que hace a la laúd una especie de tortuga marina singular e interesante de conocer, es la variabilidad de su hábitat, pudiéndose encontrar ejemplares tan al norte como en Alaska, o tan al sur como las aguas inferiores del continente de África.
Si con estos pocos elementos ya te sientes atraído y quieres conocer más de esta bella especie, entonces agradecerás este artículo, en el que te hablamos de las características físicas, distribución geográfica, anidación y otros muchos datos interesantes de las “gigantonas” tortugas laúd.
La cabeza de una tortuga laúd se caracteriza por una mandíbula superior profundamente dentada, con dos cúspides.
Esta especie además es la única tortuga marina que carece de una cáscara dura. Su caparazón es grande, alargado y flexible, con siete crestas distintas que recorren la longitud del animal.
Compuesto por una capa de piel dura, fina y gomosa, fortalecido por miles de placas óseas pequeñas, este caparazón se identifica además por la inexistencia de escalas, excepto en las crías, mientras que todas las aletas carecen de garras, a diferencia de otras especies de tortugas.
El caparazón es de color gris oscuro o negro, con puntos blancos o pálidos, mientras que el plastrón, marcado por cinco crestas, puede variar de blanquecino a negro. En el caso de las crías, el caparazón presenta manchas blancas.
Los ejemplares de tortugas laúd pueden alcanzar un tamaño entre los 130 y los 183 centímetros (cm). El ejemplar más grande registrado hasta el momento medía 305 cm, casi 10 pies, desde la punta de su pico a la punta de la cola, y pesaba dos mil 19 libras, aproximadamente 916 kilogramos (kg).
El peso promedio de las tortugas laúd oscila entre los 300 y los 500 kg.
Las tortugas laúd tienen delicadas mandíbulas de tijera, que se pueden dañar ante cualquier contacto con un cuerpo fuerte. De ahí que la dieta de la especie esté basada exclusivamente de animales de cuerpo blando, fundamentalmente medusas.
Resulta notable que este gran y activo animal pueda sobrevivir con una dieta de medusas, una especie que se compone principalmente de agua y parece ser una fuente pobre de nutrientes. No obstante, es un hecho comprobado que esto es así, lo que bien podría constituir otro de los atractivos misterios o curiosidades del mundo natural.
Las tortugas laúd principalmente se encuentran en océano abierto, tan al norte como Alaska y por el sur hasta el extremo sur de África. No obstante, recientes investigaciones de seguimiento por satélite han indicado que las tortugas laúd se alimentan en áreas cercanas a la costa.
De igual forma, son el único reptil conocido que puede permanecer activamente en temperaturas inferiores a los 40 grados Fahrenheit (4,44 grados Celsius).
Las tortugas laúd son también las de mayor distribución entre todas las tortugas marinas. Pueden hallarse en todo el mundo, teniendo la mayor gama norte-sur conocida de todas las especies de tortugas marinas. Con su forma estilizada de cuerpo y las poderosas aletas delanteras, una laúd puede nadar miles de millas sobre el océano abierto y contra las corrientes rápidas.
Las tortugas laúd se dice que anidan a intervalos de dos a tres años, aunque estudios recientes han indicado que pueden hacerlo cada año.
Así, la anidación se produce entre cuatro y siete veces por temporada, con un promedio de 10 días entre anidamientos. El promedio de huevos fertilizados en cada nido se establece en torno a 80 unidades del tamaño de las bolas de billar, y otros 30 más pequeños, que son los óvulos no fertilizados.
Los huevos se incuban durante aproximadamente 65 días. A diferencia de otras especies de tortugas marinas, las hembras laúd pueden cambiar las playas de anidación, aunque tienden a permanecer en la misma región.
Agencias de protección animal de Estados Unidos califican a las tortugas laúd como una especie En Peligro, categoría que engloba a los animales que están en peligro de extinción en el futuro inmediato.
A nivel internacional, la especie está catalogada como Vulnerable desde 2013 por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales, lo que en esencia significa que el animal enfrenta un alto riesgo de extinción en estado silvestre, también en el futuro inmediato.
En estos momentos, la población estimada de la especie es de unas 34 mil o 36 mil hembras anidadoras.
Las amenazas fundamentales a la supervivencia de la tortuga laúd son la toma incidental en la pesca comercial, y la contaminación del mar. Relacionado con este último punto se ha visto cómo las tortugas laúd ingieren globos y bolsas de plástico que flotan en el agua, al confundirlas con medusas, lo que les provoca una muerte rápida y lamentable.